
La perimenopausia puede sentirse como una tormenta silenciosa: cambios inesperados, emociones a flor de piel y un cuerpo que parece estar hablando en otro idioma. Pero hoy quiero decirte algo importante: no estás sola.
Esta etapa no es una pérdida. Es una transformación. Es el momento en que tu cuerpo te pide, con fuerza y dulzura, que lo escuches como nunca antes lo has hecho en tu vida.
Quiero compartirte que soy una mujer que habla desde la experiencia, desde la observación íntima de mi cuerpo, desde lo que he aprendido obteniendo información confiable y a través de mi “equipo de bienestar” (como le llamo al combo de profesionales con las que me apoyo: ginecóloga, nutrióloga, psicóloga y endocrinóloga) y desde esas preguntas que muchas mujeres a mi alrededor (principalmente amigas) empezamos a hacernos cuando algo cambia en nuestros cuerpos… aunque no sepamos exactamente qué es.
Y quiero decirte algo importante: te entiendo perfecto. Esto que te pasa, nos pasa a muchas. Solo que no siempre es algo de lo que se habla.
Los artículos de este blog están hechos con todo mi amor para tí, están aquí para abrazarte con información clara, honesta y humana. Vamos a ponerle palabras a lo que tal vez no has podido nombrar, y a abrir una puerta hacia el bienestar real, profundo y transformador.
La perimenopausia no es el fin de nada, es el comienzo de una nueva versión de ti
¿Qué es realmente la perimenopausia?
La perimenopausia es una etapa natural en la vida de toda mujer, pero pocas veces hablamos de ella como se merece. Comienza generalmente entre los 35 y 45 años (aunque puede variar mucho de una mujer a otra) y puede durar varios años antes de llegar a la menopausia como tal (entre dos y hasta diez años en algunas mujeres).
Durante este tiempo, el cuerpo empieza a producir menos estrógeno, una hormona clave en muchas funciones físicas y emocionales. Y aunque esto es completamente normal, puede sentirse como una revolución interior.
Cambios físicos como ciclos menstruales irregulares, insomnio, fatiga, aumento de peso o sudores nocturnos pueden aparecer de forma inesperada.
En el plano emocional, muchas mujeres experimentan ansiedad, irritabilidad, tristeza sin causa aparente o una sensación de desconexión consigo mismas.
Y en lo hormonal, se genera un vaivén que impacta todo: desde el apetito, el deseo sexual, el estado de ánimo, hasta la forma en que duermes y cómo enfrentas el estrés diario.
Pero hay algo importante que te sugiero recordar: tu cuerpo no te está fallando. Te está hablando. Y está pidiendo que lo escuches con comprensión y amor.
¿Por qué es tan invisibilizada esta etapa en nuestra sociedad?
Vivimos en una cultura que celebra la juventud y silencia todo lo que no encaje en esa narrativa. La perimenopausia ha sido durante mucho tiempo un tema tabú, tratado como algo incómodo, vergonzoso o simplemente ignorado. Incluso a algunas mujeres les pasa como a mí me sucedió, en sus primeros síntomas, ni siquiera conocen el término “perimenopausia”, sabiendo que la menopausia existe, pero solo en mujeres muy “mayores”.
Y así, muchas mujeres transitan la perimenopausia en silencio, sintiendo que “algo les pasa”, sin encontrar las palabras, sin saber a quién acudir, algunas desconociendo completamente que la están atravesando.
Tal vez tú también has sentido que no reconoces tu cuerpo. Que te cuesta explicarle a otros lo que te está ocurriendo, porque ni siquiera tú misma logras entenderlo del todo.
Tal vez has sentido miedo, frustración o incluso culpa.
Y aquí vengo a decirte: todo eso que sientes es válido. No estás exagerando. No estás sola. No te estás volviendo loca.
Estás atravesando un momento profundo, poderoso y transformador. Una etapa que necesita ser nombrada, respetada y acompañada.
La buena noticia es que puedes transformar cómo la vives. Puedes reconectar con tu bienestar. Y puedes hacerlo a tu ritmo, desde la conciencia, el autocuidado, el amor propio, ¡e incluso desde el gozo y el disfrute!
Escucha tu cuerpo: señales que no deberías ignorar
Fatiga, niebla mental, cambios de humor y más
Una de las cosas más desconcertantes de la perimenopausia es que muchas veces no sabes si lo que estás sintiendo es “normal”.
Te despiertas agotada aunque hayas dormido. Te olvidas de lo que ibas a decir a mitad de una frase. Lloras por cosas que antes no te afectaban. Y a veces, simplemente no te reconoces. Algunas veces incluso puedes llegar a sentir que estás perdiendo la razón.
Estos son algunos de los síntomas comunes en esta etapa:
- Cambios en el ciclo menstrual (más corto, más largo, más abundante… o todo a la vez).
- Fatiga constante, incluso con descanso.
- Niebla mental o dificultades para concentrarte.
- Cambios repentinos en el estado de ánimo.
- Problemas para dormir o insomnio.
- Ansiedad, irritabilidad o sensación de estar “desbordada”.
- Sensibilidad extrema o sensación de desconexión emocional.
- Cambios en la piel y el cabello.
Y no, no estás exagerando.
Tampoco estás sola.
Y mucho menos, no estás “volviéndote loca”.
Tu cuerpo está haciendo un ajuste profundo, y está pidiendo atención, compasión y cuidado.
No necesitas “aguantar” ni “pasar por esto sola”.
Necesitas comprender lo que ocurre y darte permiso para cuidarte como mereces.
Tu cuerpo no está fallando, está hablando contigo
Es fácil sentirse traicionada por el propio cuerpo cuando cambia sin previo aviso. Pero lo cierto es que tu cuerpo no te está fallando.
Está cambiando, sí. Pero también te está hablando.
Quizás por primera vez en tu vida, tu cuerpo te está pidiendo que bajes el ritmo. Que escuches lo que necesitas. Que sueltes las exigencias, las culpas, las expectativas.
Este no es un castigo. Es una invitación: a reconectar contigo, a volver a ti. Y ese camino comienza por aceptar y honrar lo que estás viviendo, sin juicio, sin comparación.
Tu bienestar empieza con esa reconexión amorosa contigo misma. Este es el momento de comenzar a hacerlo.
Claves naturales para transformar tu bienestar en esta etapa
Nutrición consciente para apoyar tus hormonas
Lo que comes puede ser uno de tus mayores aliados durante la perimenopausia. No se trata de dietas estrictas ni de prohibiciones, sino de nutrirte con intención.
Alimentos ricos en fitoestrógenos naturales como las semillas de lino, el tofu orgánico y el tempeh pueden apoyar el equilibrio hormonal.
Incluir grasas saludables (como aguacate, nueces, aceite de oliva extra virgen) ayuda a estabilizar el ánimo y a dar soporte al sistema nervioso.
Y no olvides los vegetales de hoja verde, los cereales integrales y la hidratación constante.
Comer con conciencia es también una forma de decirle a tu cuerpo: “te estoy escuchando, y te quiero cuidar”.
Movimiento suave: ejercicio que se siente como un abrazo
Durante la perimenopausia, el cuerpo puede sentirse más sensible, tenso o cansado. Por eso, el movimiento no tiene que ser exigente, sino reparador.
Ejercicios como yoga suave, caminatas al aire libre, baile libre o incluso estiramientos conscientes pueden ayudarte a liberar tensión, mejorar tu energía y regular tu sistema hormonal.
Muévete para habitar tu cuerpo, no para cambiarlo.
Que cada paso, cada movimiento, sea un recordatorio de que estás viva y presente en ti.
Autocuidado emocional: volver a casa en ti misma
Esta etapa también es una revolución emocional. Por eso, necesitas crear espacios donde puedas sentirte segura, vista y sostenida.
Pequeños rituales diarios pueden hacer una gran diferencia:
- Escribir un par de líneas cada mañana (journaling).
- Respirar profundo, tres veces, antes de dormir.
- Encender una vela y regalarte 10 minutos en silencio.
- Hacer pausas intencionales en medio del caos del día.
El autocuidado emocional no se trata de grandes gestos. Se trata de pequeñas acciones que te recuerdan, una y otra vez, que mereces estar bien.
Acompañamiento amoroso: no estás sola en este camino



Apoyarte con información confiable y compasiva
En esta etapa tan personal como poderosa, la información es una aliada, pero no cualquier información: necesitas guía que sea clara, confiable y sobre todo, compasiva.
Por eso creé una serie de eBooks pensados especialmente para ti, una mujer real que está atravesando la perimenopausia y quiere hacerlo desde un lugar de conciencia, cuidado y amor propio.
En estos recursos encontrarás herramientas prácticas sobre:
- Nutrición consciente para apoyar tu equilibrio hormonal.
- Guías para identificar y aliviar síntomas comunes.
- Rituales de autocuidado, movimiento y bienestar integral.
- Recomendaciones simples para reconectar contigo día a día.
- ¡Y más!
No se trata de hacer todo perfecto. Se trata de reconectar con tu cuerpo, tus emociones y tu esencia con paciencia y ternura.
🛒 Explora mis eBooks diseñados especialmente para acompañarte con amor en esta etapa.
👉 Visita mi tienda y transforma tu bienestar desde adentro:
Tu historia puede inspirar a otra mujer
Lo que estás viviendo no debería vivirse en silencio. Si este artículo te habló al corazón, si te ayudó a entenderte un poco más, tal vez también pueda ser una luz para alguien más.
💌 ¿Conoces a alguien que necesite leer esto?
Comparte este artículo con otra mujer que también necesite sentirse acompañada.
Juntas, podemos hacer de esta etapa un lugar de transformación y conexión real.
Cierra los ojos un momento: ¿qué necesitas hoy para sentirte bien?
Quiero cerrar este artículo compartiéndote que al principio que comencé con los síntomas (hace algunos años atrás), tuve algo de miedo, pensaba que esos “padecimientos raros” que nunca antes había experimentado eran parte de alguna enfermedad, o que yo estaba sugestionando mi cerebro para que mi cuerpo enfermara. Pero con los años, a través de información confiable y la guía adecuada (de profesionales de la salud de los que me hice acompañar), la perimenopausia ha sido para mí una oportunidad de transformar mi bienestar, la he sentido como un nuevo y refrescante camino que me permite reconectar conmigo misma, honrar mi recorrido en esta vida y validar lo que siento, deseo y necesito. Si te apetece compartir tu experiencia, estaré encantada de leerte en los comentarios cómo estás transitando la perimenopausia.
Una pregunta poderosa para terminar el artículo
Haz una pausa. Respira hondo y profundo.
Cierra los ojos, aunque sea por unos segundos.
Y pregúntate con honestidad y sin juicio:
¿Qué necesito hoy para sentirme bien?
Tal vez sea hacer una pausa y descansar.
Tal vez sea movimiento.
Tal vez un abrazo, una deliciosa comida nutritiva, una charla con una amiga, un ratito de silencio, o simplemente dejar de exigirte tanto.
Tu cuerpo sabe. Tu alma sabe.
Solo necesitas darte el permiso de escuchar con dulzura, sin culpa, con amor.
Haz de esta pregunta tu ancla diaria.
Haz de tu autocuidado una forma de regresar a ti, una y otra vez.
✨ “Estoy en transformación, y me acompaño con amor.”